La madre del niño hallado muerto en Menorca admite que lo ahogó por ocultárselo a su pareja

Mónica J.F., de 30 años, la madre del niño cuyo cadáver fue hallado la semana pasada en el interior de una maleta en un paraje de Menorca ha confesado que ahogó a su hijo en la bañera porque se sintió "agobiada" cuando los abuelos se lo mandaron días antes desde Galicia, ya que había ocultado su existencia a su actual pareja.

A sangre fría y "en caliente", la madre sumergió a su hijo en la bañera de casa, metió su cadáver en la maleta y la abandonó en el campo, y cuando su compañero sentimental regresó a casa, Mónica le dijo que su "sobrino" (como así le identificaba) había regresado a Galicia e hizo desde entonces "una vida normal", según la policía.

Por este motivo, la Policía le imputa un delito de asesinato al concurrir en el homicidio del menor las agravantes de alevosía y abuso de superioridad.

Tras prestar declaración durante cuatro horas en el juzgado de instrucción número 2 de Mahón (Menorca), el juez ha acordado el ingreso en prisión provisional y sin fianza, imputando a la detenida, Mónica, J.F, de 30 años, un delito de homicidio doloso.

El magistrado ha dictado también auto de transformación del procedimiento para que el caso sea tramitado por la ley del Jurado.

La acusada, que fue puesta a disposición de la autoridad judicial por el Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de la Policía de Baleares, será trasladada a la prisión de Palma, porque Menorca carece de centro penitenciario.

El juzgado número 2 de Mahón, que instruye las diligencias por este caso, mantiene abierta la investigación.

En un primer momento, la madre del niño declaró al grupo de homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Baleares que en la primavera de 2008 halló muerto a su hijo, de nueve años y lo ocultó por miedo.

Sorprendida y asustada por este hallazgo, puso el cuerpo dentro de una maleta, junto con varias pertenencias, y lo abandonó en una zona de monte bajo, muy poco transitada, situada en Binidalí, en la costa sur del municipio de Mahón, según su primera declaración.

El nombre casi borrado de César y las siglas J.F. en su estuche escolar y la edición del cómic número 28 de Naruto hallados en la maleta guiaron las pesquisas policiales hasta la identidad del menor, cuyo DNI no había sido renovado en Noia (A Coruña), donde había vivido con sus abuelos hasta que, días antes de morir, fue enviado a Mónica para que viviera con ella que era su madre.

Esta versión, sin embargo, no convenció en ningún momento a los investigadores, al entender que no es habitual que una madre actúe como Mónica J.F. dice que hizo.

El jefe superior del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) en Baleares, Bartolomé Campaner, ha informado de que la propia madre podría haber sido quien ahogara a su hijo en la bañera.

Campaner ha querido incidir en el "buen trabajo" realizado por el Grupo de Homicidios de la Policía Nacional, que ha permitido tener en un tiempo muy breve datos suficientes como para creer que fue la madre del menor la causante de la muerte a su hijo.

Así, ha confirmado que la versión de la madre, que afirmó en su declaración policial, que el niño murió por accidente en la bañera, no se sostiene y por tanto todos los indicios apuntan a que fue ella la que lo ahogó.

La detenida reside en Mahón, tiene trabajo y pareja estable. En el momento de la muerte del niño, era madre soltera y llamaba "sobrino" a quien en realidad era su hijo.

Cuando se produjo la desaparición del niño, esta mujer, Mónica J.F., detenida el viernes por la tarde, explicó que el menor había marchado con su familia a Galicia, pero en realidad trasladó el cadáver a una zona apartada, donde ha permanecido durante todo este tiempo.